Su honestidad es a toda prueba. Esta frase esclarece la opinión que sobre el prefecto Fernando Naranjo, tiene Patricio Cuesta Holguín. Y no lo dice solo por decir. Para este septuagenario empresario, su punto de vista está refrendado en hechos materializados con obras que dotaron a Tungurahua de buenas vías rurales y un Nuevo Modelo de Gestión que es ya un referente nacional de progreso y participación.
Desde una pequeña sala de reuniones en la empresa Plasticaucho, ubicada en Catiglata al nororiente de Ambato, Patricio Cuesta remueve sus recuerdos para enfocarse en la empresa Textiles Industriales Ambateños S.A. (TEIMSA), que fue gerenciada por Fernando Naranjo desde su creación en 1992 hasta marzo de 2009.
Para este ejercicio de memoria, Patricio Cuesta, se toma su tiempo, repiensa las palabras y las pronuncia con paciencia no exenta de pasión juiciosa.
Con mucha calma comenta: “Fernando Naranjo fue el primer gerente general de TEIMSA, que fue fundada por mi hermano Enrique. La Junta General le propuso a Fernando que dejara la gerencia de la Empresa Eléctrica Ambato, en la que se desempeñó por 13 años, y dirigiera este naciente emprendimiento textilero que inició en 1992. Lo hizo de una manera muy profesional. Fue en ese momento de su vida cuando Fernando decidió ser candidato a la Prefectura”.
Durante la administración de Naranjo, se inició con el proceso de urdiembre y tejeduría utilizando telares de origen checo con velocidad de 400 golpes por minuto. En 1998 se incorporó el proceso de hilatura con maquinaria alemana y se iniciaron las importaciones de algodón en bruto de los Estados Unidos para la fabricación de hilos localmente. A la par se construyó una segunda nave de producción.
Los telares originales fueron reemplazados paulatinamente por unidades importadas de Bélgica por ser más eficientes y que llegaban a desarrollar velocidades de 600 golpes por minuto.
Mientras esto ocurría en la empresa, Naranjo despertaba a la vida política y para que pudiera trabajar y seguir con sus aspiraciones políticas, los accionistas de TEIMSA le otorgaron una licencia especial, pues de algún modo presentían que un gran cambio provincial estaba en proceso. La idea fue acertada y Fernando Naranjo triunfó en las elecciones seccionales del año 2000.
“Fernando se preparó para dirigir desde que estuvo en la Empresa Eléctrica Ambato con sus programas de electrificación rural. Tuvo la oportunidad de palpar las necesidades de los nueve cantones, siempre con profesionalismo, honestidad y entrega a sus labores. Por eso, los miembros del Frente Cívico se fijaron en él. Su visión de líder le ayudó a volver accesible la zona rural con vías asfaltadas, canales de riego tecnificados y recubiertos, y un modelo de gestión democrático sin precedentes”, asegura Patricio Cuesta.
El reportaje es incompleto. Si bien destaca la vida de Fernando Naranjo Lalama, no plasma la escencia de su labor. La transformación para la vida de los tungurahuenses, sobre todo de los más pobres, su modelo inclusivo y exitoso. No veo en el reportaje un sólo testimonio de uno de los tantos beneficiarios de los diferentes programas ni de las comunidades. Saludos cordiales, Doraliza Naranjo