En el cálido ambiente de una oficina ubicada en el séptimo piso de la Empresa Eléctrica Ambato Sociedad Anónima (EEASA), Jaime Astudillo, Presidente Ejecutivo, disfruta de una espléndida vista de la capital tungurahuense. Sin embargo, el paisa urbanos ya no le causa asombro y más bien disfruta de la agradable atmósfera que lo acompaña por varios años.
Sentado cómodamente en una pequeña sala detrás de su escritorio, se muestra accesible a responder cada inquietud sobre su experiencia de vida con Fernando Naranjo, en el aspecto laboral y los proyectos impulsados por este personaje en servicio de la comunidad.
Recuerda con agrado el día exacto en que conoció a Naranjo, pues dice que ocurrió casualmente cuando ingresó a trabajar a la empresa el 21 de septiembre de 1981 como ingeniero eléctrico.
Estaba recién graduado de la universidad y ya mantuvo una reunión con los directivos. El trato inicial con su jefe lo evoca con gratitud, puesto que él se mostró predispuesto para ayudarlo en este nuevo camino que emprendía.
“Lo conozco de toda la vida en el ámbito profesional”, asegura Astudillo y por un pequeño momento se concede un pequeño silencio, en aquellos segundos recorre con la mirada toda la habitación. Es su manera de buscar recuerdos, más momentos que pasó con Naranjo.
“Estoy seguro que fue Fernando quien sentó las bases para que la EEASA, sea uno de los referentes a nivel nacional”, dijo. Además de ser testigo de su paso por la compañía y de las dignidades que ocupó en representación de la misma, destaca la buena gestión desarrollada en las empresas distribuidoras como el directorio del INECEL, es así que estaba a cargo de la generación, planeación y distribución; lo cual aportó en la ejecución de varios proyectos que beneficiaron a sectores rurales dentro de la provincia.
Enfatiza la afinidad de Naranjo por electrificar, pues está seguro de que no hay sector, casa o barrio dentro de Tungurahua que no haya llegado la energía eléctrica, revela que uno de los sueños que su amigo tenía era de abastecer a todas las personas con este servicio vital para su desarrollo.
El alumbrado público tuvo un proceso muy grande, aun así no fue impedimento para Fernando, se puede decir que su constancia y entrega, conjuntamente con sus trabajadores aguerridos y comprometidos hicieron posible su creación.
“Los postes eran de madera que pasaban un proceso de seguridad y calidad dentro de la empresa, todo por brindar seguridad a la comunidad”, expresa Astudillo.
Con orgullo señala que Fernando Naranjo hizo la primera línea Baños-Puyo para el abastecimiento de energía eléctrica de la Sierra a la Amazonía. Incluso Astudillo afirma haber trabajado en la creación de la subestación, que garantizaba el servicio continuo a la provincia de Pastaza.
Este legado fue el precursor para abastecer a Napo. En la actualidad, Tungurahua provee de luz eléctrica a más de la mitad de las provincias del Oriente ecuatoriano, gracias a esta idea que inició en la gestión de Naranjo.
Astudillo culmina la entrevista entusiasta por cumplido de su ex jefe y exterioriza que la característica que más define a Fernando Naranjo es de ser un hombre bien intencionado que siempre busca el bien común, lo cual le ha hecho merecedor de la confianza pública.