Los hechos coyunturales de la política nacional nos han confundido ente continuidad y continuismo, hemos radicalizado la postura de que la reelección de una autoridad es nociva para los intereses nacionales o locales. Ventajosamente en Tungurahua esta percepción ha sido diferente, la continuidad de una autoridad provincial ha permitido sentar las bases y encaminar ejes estratégicos para la consolidación del desarrollo económico. Es que cuando se trata de servir y no de servirse, las cosas tornan diferentes. Fernando Naranjo Lalama prefecto saliente, ha posicionado a la provincia de Tungurahua en un alto estándar nacional, como la provincia de mayor conectividad vial con vías de primer orden, con un trabajo cohesionado entre los distintos niveles de gobierno (municipios y juntas parroquiales), cumpliendo con un modelo de gestión basado en tres ejes: gente, agua y trabajo, representados en parlamentos verdaderamente participativos. Participación claramente depositada en un nuevo enfoque, que en el mismo modelo de gestión se recoge: el de la ética, la solidaridad, la honestidad, y el bien común.
Queda evidencia que la necesidad de adecentar la política es permanente, y eso se logra con líderes que tengan un verdadero compromiso con su gente, liderazgo que se potencia pensando en futuras generaciones y no en futuras elecciones como lo decía el político alemán Otto von Bismarck. El trabajo en fortalecimiento de capacidades desplegado en la gestión provincial, entregando verdaderas herramientas para la gestión ciudadana, ha permitido que tanto los líderes sectoriales como la ciudadanía en general de las zonas rurales de la provincia, eleven su estándar de exigencias conforme sus necesidades se han ido satisfaciendo, quedaron atrás aquellos tiempos en que la atención de necesidades se circunscribía a una cancha multiuso para una determinada localidad, hoy nuestra gente demanda agua, producción y desarrollo, y eso es lo más meritorio.
El desafío es grande, con este legado provincial se ha logrado avanzar, y mucho, pero también exige demasiado para quien tome la posta, ojalá con un pensamiento sensato, sin afán de protagonismo o personalización de la gestión de gobierno, que apueste siempre como hasta ahora se lo ha hecho, por nuestra gente tungurahuense emprendedora y honesta, que se impulsa en esa pujanza e ímpetu constante. Tungurahua queda agradecida