Han pasado 69 años desde que Ambato se levantó como ‘Ave Fénix’ de una catástrofe natural y con el paso del tiempo, en sus calles la gente siente el orgullo de haber nacido en este terruño. Cada año sus campos reflorecen para advertir que la ciudad resurge con su aroma.
La ambateña Hilda Estrella, de 80 años, recuerda que el terremoto del 5 de agosto de 1949 dejó desolación, muchas personas murieron y otras tantas quedaron en el desamparo. “Fueron momentos que no vamos a olvidar, nos sobrepusimos con trabajo y seguimos celebrando con la producción frutal y floral”.
Por ello, la fiesta es una manifestación de la voluntad de los ambateños que se levantaron con entusiasmo gracias a la fecundidad de estas tierras, que producen frutas frescas como la manzana, la claudia, el durazno, el guaytambo, el capulí y otras.
En aquella época, los huertos frutales y terrenos llenos de flores se apreciaban desde lejos como nos cuenta Tula Cruz, quien es Presidenta del Centro Comercial Las Flores, ubicado en la Av. 12 de Noviembre y Marieta de Veintimilla, el cual lleva atendiendo más de 40 años. “La primera florerita de la ciudad fue mi abuelita, Isabel Yancha, que empezó a vender en la plaza 10 de Agosto (hoy Parque Cevallos), luego han pasado tres generaciones en esta actividad”.
Las flores características eran los claveles, cartuchos, gallitos, narcisos, manzanillones, varita de San José, azucenas, hortensias y gladiolos e ilusiones.
Doña Tula recuerda que en El Tropezón, una señora de nombre Blanca sembraba claveles y gladiolos que servían para abastecer a la ciudad. Además, en los terrenos de Huachi La Magdalena, Santa Rosa y San Pablo se cultivaban en gran cantidad claveles y gladiolos dobles, los cartuchos y manzanillones, que la gente conoce como margaritas, es una especie casi desaparecida.
Por el año 1980 una señora cuidaba rosas en el sector Aguaján, vía a Pasa, pero cortó la producción porque esss flores jalaban todo el sabor de la fruta. También Ficoa se caracterizaba por la producción de crisantemos y en Huachi Grande hace seis años cultivaban rosas y claveles, pero desaparecieron debido al factor económico.
Cuando construyeron el Mercado Municipal (donde hoy funciona el Mercado Central) ubicaron a seis vendedoras de flores. Posterior a la salida de la estación del tren, en el año 1975 las autoridades construyeron unos arcos para las floreras, que para entonces aumentaron a 18.
Cuando transcurría la presidencia de León Febres Cordero (1984-1988), en el año 1986 se efectuó la remodelación del espacio con cubículos y puertas enrollables, bautizándole como ‘Floristería 12 de Noviembre’, pero en la administración de Fernando Callejas se cambió el nombre a Centro Comercial Las Flores, puesto que se cumplió una nueva remodelación en 2003.
De esta forma se constituyó uno de los espacios más representativos de Ambato. Hoy 18 comerciantes, en su mayoría mujeres, conservan la tradición iniciada por la primera florerita. Ofrecen a precios bajos toda clase de flores y arreglos que son tradicionales para la fiesta ambateña y otros eventos culturales.
Si bien es cierto Ambato ha crecido en población y construcciones, en varias parroquias aún existen huertos frutales y cultivos de flores para abastecer el mercado local. En Pishilata hay un invernadero de flor de verano llamada gerbera y en los vecinos cantones proveen de otras especies: en Patate se siembra girasol y hortensias, en Píllaro las gladiolos blancas y astromelias; en Cevallos, los claveles. Las rosas y lirios llegan desde Latacunga, Lasso y Cayambe.
El mensaje que deja doña Tula Cruz es que los productores regresen la mirada al cultivo de flores, con el apoyo de las autoridades, ya que son el atractivo para los turistas que visitan Ambato durante sus festividades.