La innovación en los modelos de negocio resalta la importancia de los intraemprendedores. Transformar los modelos de negocio es la clave para obtener una ventaja competitiva sostenible en un entorno empresarial en constante cambio.
Expertos en economía empresarial argumentan que la creación de nuevos patrones de negocio es la respuesta más efectiva para abordar los desafíos de un mercado dinámico como el actual. Un reciente estudio que recoge las opiniones de diversos especialistas concluye que la innovación en los modelos de negocio puede generar una rentabilidad hasta cuatro veces mayor que la creación de nuevos productos o servicios.
Un ejemplo ilustrativo de la innovación en el modelo de negocio es el caso de Apple. Inicialmente centrada en la producción de hardware innovador, como computadoras personales, la compañía transformó su enfoque al desarrollar el iPod y el ecosistema de descarga de música de iTunes. Al conectar la distribución de música con el hardware y el software del iPod, Apple no solo lanzó un nuevo producto, sino que también revolucionó su modelo de negocio. Esta adaptación permitió a Apple fomentar la descarga legal de música y expandir su relación con los clientes, lo que a su vez impulsó ingresos y márgenes de beneficio.
Ventajas de la innovación en los modelos de negocio:
Dificultad de replicación: Un nuevo producto es relativamente fácil de copiar, mientras que un sistema integral es mucho más difícil de imitar con éxito.
Ventaja competitiva única: La innovación en el sistema de negocio es una poderosa ventaja competitiva, aún poco explorada por muchas empresas. Enfocarse en áreas donde la competencia no está activa es clave.
Resultados superiores: Las empresas que centran su innovación en los sistemas de negocio experimentan un crecimiento y beneficios significativos, según varios estudios.
Sostenibilidad del crecimiento: La innovación en el modelo de negocio permite un crecimiento sostenible en el tiempo.
¿Cómo abordar el cambio?
La innovación en los modelos de negocio puede enfocarse en la búsqueda de nuevos mercados o en la explotación de oportunidades en mercados existentes. Emprendedores y empresas deben replantear su enfoque para seguir siendo competitivos y aportar valor de manera renovada.
La innovación no siempre implica diseñar desde cero; a menudo implica reevaluar modelos existentes para adaptarlos a nuevas circunstancias o beneficiarse de ellas. No es necesario realizar cambios drásticos; pequeños ajustes en la forma de operar y generar ingresos pueden marcar la diferencia.
Asumir estos cambios puede mejorar las perspectivas de rendimiento, incluso en situaciones con recursos limitados. No obstante, abordar la innovación varía según si se encuentra en la etapa inicial del proceso emprendedor o si ya se opera en el mercado. En el segundo caso, vencer la inercia colectiva resulta más desafiante, ya que «desaprender» suele ser más difícil que aprender.
Además, mantener objetividad al evaluar el funcionamiento de un sistema interno es complicado. Contratar a personas externas puede ser más eficaz para identificar la necesidad de cambio.
Es vital abandonar la idea errónea de que el producto o servicio es el fin último. El producto es el medio por el cual los clientes satisfacen necesidades, y la satisfacción de esas necesidades es el auténtico objetivo de la empresa. El valor diferencial radica en la propuesta de valor, la cual debe superar las opciones existentes en el mercado y ser significativa para los clientes.
En resumen, la innovación en los modelos de negocio no solo es un factor diferenciador, sino una estrategia esencial para mantener la competitividad en un entorno empresarial en constante cambio.