Meses grises es tiempo de escondernos, tal vez sea la forma de encontrarnos otra vez” dice la canción del momento la vida tan vertiginosa como es, nos llevó a identificarnos y conocer más a algunos personajes que quizá nunca vimos personalmente y que tras una pantalla hasta nos llaman “hermano”. Hoy frente a una pandemia, vemos el giro que esto va teniendo, confinados en casa han pasado algo más de dos semanas, las tareas pendientes que copaban nuestro tiempo ya casi terminaron, las familias se encuentran en un proceso de descubrir cómo en realidad es cada uno de sus integrantes, y su forma de afrontar la extraña situación que a esta generación le tocó vivir, el espacio cada vez es más corto, pero siempre con una oportunidad para renovar la manera de divertirse y hacer la vida amena.
Así en el Ecuador el 10 de marzo de 2020 en las gasolineras se advertían filas interminables de automotores para llenarse de combustible tras el anuncio del Presidente declarando la emergencia sanitaria y las medidas que ello conlleva; el 15 de marzo se declaran nuevas restricciones de movilidad que empezarían a regir en el territorio nacional a partir del 17 de marzo, fecha que en las redes sociales se desatan con mensajes, noticias falsas y los infaltables memes que la idiosincrasia latina crea ante cualquier situación.
Los días y las primeras provisiones empezaron a agotarse, luego una avalancha de gente desesperada que genero peleas irracionales, así como compras innecesarias en el supermercado, presos de la incertidumbre ante lo que se venía. La disposición: ¡niños jóvenes y adultos a quedarse en casa! Para no exponerse al contagio y a las sanciones propias del toque de queda.
Inició entonces un capítulo inolvidable e histórico, ¡el mundo frenó a raya! Dejar de lado las obligaciones sociales y laborales, calles vacías, establecimientos cerrados, poquísima circulación vehicular, un par de personas buscaban la forma de llegar a su refugio a su hogar, la sensación de que esto ya lo vi antes, ¿pero dónde? ¿Cuándo? Claro en una producción de ciencia-ficción. Y mientras me la creo, el tiempo pasa entre quehaceres domésticos, películas, lecturas y juegos, nuestra realidad ha ido cambiando, los recursos se agotan, los enfermos hoy se cuentan por miles, los muertos especialmente en Guayaquil rebasan la capacidad de respuesta del Estado.
El sistema educativo dejó ver una vez más sus falencias y su poco compromiso con la sociedad, se esperaba que la academia tomara la batuta para encaminar la investigación y las soluciones que demanda el ciudadano “de a pie” ante las circunstancias, profesores desprevenidos, impávidos, llenan su día de teleconferencias entre sí para cumplir sus indicadores, y mientras tanto…. ni una sola solución que integre a nuestra sociedad con la empresa. Un sistema financiero que busca mecanismos para reactivar a un país que espera respuestas de este sector, aún tibias. Empresarios llenos de incertidumbre, que se vieron en grave apretón este fin de mes y que tienen la mira puesta en las medidas que deberán adoptar para subsistir con una nómina encerrada en sus casas “Un drama” desde todo punto de vista.
El oasis en medio del caos es que nos han devuelto el tiempo para poder compartir en familia y volverlas a conocer, a lo que yo le llamo “RECONOCER”, cada vez son menos los mensajes en el celular, los vecinos amigos y familiares se sentaron por fin a reflexionar y buscar soluciones, menos palabras más acciones. ¡Gratificante que personas y empresas dejen ver su buen corazón y sobre todo su compromiso con la sociedad con acciones concretas silenciosas y atinadas, nuestra responsabilidad informar!.Hoy hemos preparado un especial de lo que estamos viviendo en la zona centro con esta pandemia, de nuestro nivel de resiliencia. Esperamos disfruten de una buena lectura y la vez de la compañía que a través de las letras le ofrecemos.