“HISTÓRICO” ROMPEREDES

Diálogo con el histórico y máximo goleador de CD Olmedo, Max Mecías Caicedo, quien deleitó a la hinchada con su potente disparo y genia­lidad en la cancha. Fue tal su entrega al elenco que hasta perdió la cuenta de las dianas que hizo con la camiseta del ‘ídolo riobambeño’.

Según el rotativo El Universo, Max anotó 81 goles con el club rojo y azul; aunque según su cuenta la cifra fue mayor. En la actualidad ‘Machuelo’, como lo llaman cariñosamente, practica deporte en el Parque Guayaquil, frente al Estadio Olímpico de Rio­bamba, lugar donde los hinchas disfrutaron de su técnica y genialidad.

Desde pequeño

Su vida futbolística inició en el Club Flamenco de Esmeraldas; su afición por el fútbol era tal que junto a su hermano mayor, Clemente, se escapaba para jugar en las canchas de tierra del sector

Descendencia

Según el ariete, el “bichito del fútbol” lo heredó de su padre y sus hermanos mayores, Roxel y David. Su madre le decía que todos en la familia estaban se­guros que él sería futbolista porque “desde que es­taba en el vientre pateaba muy fuerte”. Algo similar sucedió con su hijo Alexander, quien actualmente le sigue los pasos en este deporte.

El defensor de Max

Max compartió varias veces las canchas con su herma­no Clemente. Cuando era pequeño y le cometían faltas, el delantero lloraba, pero siempre aparecía su hermano para defenderlo. Clemente jugó con Darío De Negri en El Nacio­nal y posteriormente el trío se encontró en Riobamba vis­tiendo la camiseta de Olmedo.

Inicios con Olmedo

El goleador arribó en 1988 a Riobamba y se hospedó en el departamento de Darío De Negri, a quien llama ‘hermano’ y con quien comparte fuertes lazos de amistad, Recuerda que en ese año llegaron muchos deportistas de El Nacio­nal para integrar el equipo de la ‘Sultana de los Andes’. El jugador realizó las pruebas en las canchas de la Politécnica donde mantuvo contacto con el presidente del conjunto, Juan Cantos.

Su debut en primera

El ariete jugaba en la serie B del balompié ecuatoriano en 1989, integrando las filas del cuadro River Plate, de Rio­bamba. Allí conoció al dirigente Vinicio Gordillo, quien ma­nejaba su pase.

Como anécdota cuenta que debutó en primera categoría siendo el cuarto delantero del elenco. En un encuentro ante Liga de Cuenca, dos atacantes del equipo de la “Banda” quedaron fuera de juego por lesión; entonces llegó la opor­tunidad de Mecías, quien ingresó en el segundo tiempo del cotejo, cuando el equipo de los “Blanquirrojos” perdían 0 a 1. El marcador remontó a 2 -1 con dos goles del cañonero, quien bailó samba durante el festejo de su segunda diana.

Ascenso con el rojo y azul

Luego de pasar por River Plate, el ariete integró las filas de Universidad Católica y El Nacional, para posteriormente retornar a Olmedo. En este proceso la persona clave fue el General Carlos Mendoza, quien apoyó a Olmedo e hizo po­sible el regreso del jugador ofensivo. Mesías estuvo hasta 1999 en el conjunto, temporada en la cual anotó 19 goles. En el 2000 fue contratado por Liga de Quito.

Un gol para seguir soñando

En el 93, Olmedo se jugaba el campeonato provincial y su clasificación al zonal durante el partido ante Star Club. ‘teníamos un equipazo’ comentó Mecías; con un empate quedamos fuera de competencia por lo que vencimos 1 a 0.

Relató que en el minuto 45 del segundo tiempo, Star Club “ya se sobaba las manos”, pues el empate 0 – 0 lo favorecía totalmente; sin embargo, llegó la inspiración de Max Me­cías, quien disparó un zurdazo desde unos 35 o 40 metros de distancia que pegó en la parte alta del arco. “Con esa anotación ganamos y clasificamos al zonal”, dijo entusias­mado. Señaló que el estadio estaba lleno de civiles y mili­tares, quienes festejaron el gol del triunfo.

De vuelta

Mecías retornó al equipo luego del campeonato obtenido en el 2000. Confesó que se quedó con la ‘espinita’ de ser campeón con Olmedo, pero ‘así es el fútbol’, dijo. En esa época llegó a la tercera semana de la pretemporada, cuan­do ingresaba también el técnico argentino, Enrique Della Vecchia. El estratega no le dejaba entrenar, pero finalmente hizo una buena campaña con el ‘Ciclón’.

Doblete en Libertadores

El arponero anotó los 2 goles que le dieron la victoria al ídolo riobambeño, jugando de local, ante el campeón de Brasil, Atlético Paranaense en el 2002. ‘Todo el mundo me felicitaba’, señaló el goleador; este fue el último año que jugó con la escuadra riobambeña.

En la final de su carrera, futbolística pasó por Técnico Universitario, Liga de Portoviejo y culminó en el Atlético Universitario en el 2007, año en el que colgó los botines como jugador profesional.

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