LA ALIANZA DEL PACIFICO PARA LOS PRODUCTORES DE LA ZONA CENTRO ¿UNA AMENAZA?

Ecuador avanza en su objetivo de ingresar a la Alianza del Pacífico como estado asociado y luego, eventualmente, como miembro ple­no. Hace pocos días, el ministro de la Producción, Comercio Exterior, Inver­siones y Pesca, Iván Ontaneda, cum­plió varias reuniones con autoridades mexicanas para negociar un acuerdo bilateral que le permita cumplir este objetivo.

El país ya mantiene convenios de li­bre comercio (requisito indispensable para su adhesión) con Colombia, Perú y Chile por lo que el trabajo pendien­te es con México, estado con el que al momento se mantiene una alian­za comercial limitada y una balanza comercial ampliamente desfavorable para nuestros intereses.

El Protocolo Comercial de la organización establece la liberación inmediata del 92% de las partidas arancelarias, quedando el 8% para ser descontado hasta el 2030. En este pequeño porcentaje pueden relegarse centenares de ítems que no quedan sujetos a la liberación inmediata, lo que le da al Ecuador la posibilidad de dejar en suspenso a los sec­tores industriales sensibles que no están listos para esta apertura comercial.

La Alianza del Pacífico es una iniciativa de unificación regional integrada por Chile, Colombia, México y Perú que nació en el 2011. Su objetivo es impulsar el crecimiento, de­sarrollo y competitividad de las economías que la integran mediante la búsqueda progresiva de la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas.

La Alianza del Pacífico es la octava economía del mundo y representa cerca del 40 % de las exportaciones y del pro­ducto interior bruto de la región. Para el Comité Empresarial Ecuatoriano uno de los principales beneficios es que per­mitirá al país negociar en bloque alianzas comerciales con Asia, un importante mercado para productos de exportación como banano, camarón, atún y madera.

Sin embargo, no todos los sectores de la patria están de acuerdo con esta posición; los productores de las provincias centrales insisten en que no se encuentran en una situación de equidad económica adecuada para competir dentro de la entidad. “La Alianza del Pacífico, como organismo de in­tegración comercial, es una buena alternativa para naciones con moneda propia que pueden manejar la devaluación de sus divisas para incursionar en igualdad de condiciones; no así para Ecuador que es una nación dolarizada que cuenta con una situación económica muy diferente a que tiene los integrantes del ente regional”, sostuvo Santiago Vargas, pre­sidente de la Cámara de Industrias del Tungurahua.

“No podemos entrar a competir por ejemplo con México con quien tenemos una balanza comercial negativa de 600 millones de dólares y que con la Alianza del Pacífico podría incluso duplicarse. Por otro lado, no podemos enfrentarlo porque las raíces ecuatorianas, las leyes económicas y la­borales y los impuestos que tenemos no nos permiten. Es imposible rivalizar con México que tiene un salario básico de 130 USD vs un salario básico de 392 USD que tenemos en el país”, dijo.

Este empresario considera que el Gobierno debió socia­lizar la propuesta con todos los sectores productivos inclu­yendo a los más pequeños. “Le correspondía conversar con las provincias chicas que generamos muchos recursos para el Estado a través de los impuestos, pues en el caso de Tun­gurahua, somos la tercera provincia generadora de recursos económicos; la quinta provincia exportadora del país y, per­sonalmente, creo que esto (el ingreso a la Alianza del Pací­fico) es más bien beneficioso para ciertos grupos fuertes de Quito y Guayaquil”, sostiene.

A su criterio esta situación podría poner en peligro la dolarización, promover el cierre de empresas y ampliar la desocupación por lo que, en nombre del sector empresarial tungurahuense, solicita al Gobierno que analice bien los pa­rámetros de negociación dentro de la organización.

Sugiere realizar varios cambios para favorecer esta inte­gración; entre ellos propone una mayor flexibilización labo­ral; es decir el implemento del trabajo por horas para que los estudiantes universitarios produzcan sin que se vean afectados sus derechos como trabajadores y de esta manera se favorezca también a los productores que necesitan mayor mano de obra en determinados meses del año.

También plantea la eliminación de la jubilación patronal, pues, según dice, los empleadores se ven obligados a des­pedir a sus colaboradores cuando llegan a los 15 o 18 años de trabajo porque la ley los explota. “Han pasado 15 o16 años desde que una empresa cerró y aún hoy en día sus dueños se ven obligados a pagar a sus ex trabajadores la jubilación”, expresa y propone crear un fondo en donde se guarden los recursos económicos acumulados por el trabajador durante sus años de servicio para que este, al final de su vida labo­ral, pase a ser como su jubilación patronal. “Es decir que haya un ganar-ganar entre el sector laboral y el industrial”, subraya.

“El primer competidor de la industria ecuatoriana es el mismo estado que no ha generado normativas y reglamen­tos para los vehículos importados, situación que afecta a la producción nacional. Los sectores metalmecánico y carroce­ro, en este momento, son los más afectado del Ecuador”, sostiene.

De otro lado, cuestiona el favoritismo que existiría al sec­tor de los transportistas que no pagan impuestos sobre los vehículos que importan, pues, los productores ecuatorianos solventan tarifas sobre la materia prima y las importaciones. “El Gobierno, por el terror que le tiene a esa fracción de la economía, les proporciona muchos beneficios sin tener en cuenta que nosotros somos los generadores de mano de obra e impuestos. Cómo puede ser que ingresen vehículos carrozados en el extranjero y se les devuelve el IVA”, cuestio­na y asegura que esas son las inconsistencias del gobierno que les afecta notablemente.

Propone implementar un arancel del 0 por ciento a la sali­da de capitales, pues el pago de impuestos a la importación de materia prima encarece sus productos. Advierte que de no eliminarse estos impuestos, todo podría reducirse a una simple comercialización de productos extranjeros lo que lle­varía a una eliminación paulatina de la mano de obra.

Vargas cuestionó asimismo la demora del Ministro Onta­neda en dialogar con los productores de la provincia y sos­tuvo que es él quien debe viajar a Ambato para el inicio de las conversaciones, de lo contrario anunció que se podría dar paso para que las pequeñas asociaciones, productores, pymes y artesanos salgan a las calles y paralicen las activi­dades.

Pietro Pilo País, Gerente de CIAUTO, considera que el sector automotriz está muy preocupado por el ingreso del Ecuador a la Alianza del Pacífico porque es negativo no solo para la industria que lidera sino para el país.

Señala que para entrar al ente es necesario tener un acuerdo comercial con cada uno de sus miembros. “Si se firma un acuerdo con México, pese a que se pudiera lograr algún tipo de protección para áreas sensibles, esto no sería posible porque finalmente entran a regir los términos de la organización que dictamina la eliminación inmediata del 90 por ciento de los aranceles de los artículos que se importan al momento; entre ellos vehículos, artículos de línea blanca y otros”, subraya.

“Ecuador tiene una diferencia sustancial con el resto de acto­res que es la dolarización y creemos que el tratado con México la va a poner en riesgo porque el déficit comercial se va a pro­fundizar y nos va a dejar sin trabajo. No se puede ser competi­tivo con México cuyo salario es de 140 dólares y además puede devaluar su moneda”, dice.

Sostiene que si Ecuador es perdedor en la balanza comercial con Colombia y Colombia pierde ante México, no es posible que Ecuador salga con un resultado positivo ante el país del norte. Cuestiona además la falta de estudios sobre los trabajos que va a perder o ganar Ecuador.

Pide a las autoridades que busquen acuerdos comerciales con países que tengan una moneda dura como los europeos, EEUU y Canadá.

Considera que la razón por la que el Gobierno quiere integrar la Alianza del Pacífico es netamente política para demostrar a la comunidad internacional que su accionar es contario al del anterior gobierno y por ello se relaciona comercialmente con países con ideología de derecha.

De su lado Lilia Villavicencio, presidenta de la Cámara Nacional del Calzado, CALTU, subrayó la necesidad de que el Gobierno adop­te políticas en apoyo y defensa de la Industria nacional para evitar su afectación con el ingreso del Ecuador a la Alianza del Pacífico.

Indicó que hace días mantuvieron un conversatorio en el que se analizó la amenaza que les significa la integración con México que, a decir de la empresaria, tiene un desarrollo tecnológico impresionante en el tema de calzado, pues produce alrededor de 245 millones de pares de zapatos al año y es el segundo país productor más importante de América. Además está considera­do entre los 10 países productores de calzado más sobresalien­tes del mundo.

“Si la producción de México ingresa al país sin aranceles va­mos a tener problemas porque nuestro país es dolarizado y no podremos competir con esos precios. Ellos tienen un salario mí­nimo de USD 130; nosotros tenemos acá nuestro propio código en cuanto al trabajo y sueldos”, expresó.

Indicó que durante el conversatorio pidieron al Gobierno que se tome en cuenta a los sectores sensibles y se les permita tener una desgravación porcentual arancelaria por cuento sus bienes son un 30 por ciento más caros lo que les impediría tener éxito en la exposición de sus mercancías.

Agregó que la posesión de una moneda fuerte, el pago de un salario justo y otras situaciones encarecen sus artículos. “Espe­ramos que el Gobierno, al momento de negociar, piense en los sectores sensibles y salvaguarde los cientos de puestos de tra­bajo que producimos en nuestro sector”, concluyó

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