LA ‘LOCURA LINDA’ DE PACHEGOL

Un desbordador en ataque fue la característica de Os­car Pacheco. Llegó al club en el 2000 y en esa tem­porada aportó con 10 goles importantes para que el elenco riobambeño obtuviera el cetro de campeón.

Nació en Buenos Aires, Argentina, el 15 de septiembre de 1967, en un hogar humilde. Desde pequeño tenía la idea de jugar al fútbol ‘toda la vida’. Su familia está conformada por sus padres, Aldo y Alicia, dos hermanas y un hermano; está casado con Laura González desde 1990. Tienen dos hi­jos: Germán y Julieta.

PRIMEROS PASOS

Comenzó como pibe de barrio, jugando desde la calle, infantiles, en los equipos de la comunidad. A los 13 años se incorporó a las formativas de Vélez Sarsfield, hasta la reserva, donde quedó con su carta libre para poder buscar otros caminos en el fútbol.

EL ‘GUARDAESPALDAS’

Su hermano Aldo fue el compañero de aventura en sus inicios en el fútbol. Es 4 años mayor que Oscar, el encarga­do de cuidarle, porque iban a jugar juntos en los campeo­natos, algunos improvisados, que iniciaban en la mañana y terminaban en la noche. Desde ya se fogueaba con los ‘más grandes’, era ‘pequeñito y rápido’, así se describe, con la posición de delantero, por lo que era blanco de faltas, eso hacía que su hermano Aldo, quien era volante de marca, saliera en su defensa en más de una ocasión.

En ese entonces se jugaba por dinero, que eran las apuestas de muchachos, pero lo importante no era eso, era ganarle al equipo del otro barrio, el dinero servía para el asado del grupo.

EN BUSCA DE OPORTUNIDADES

Jugó en clubes de ascenso como San Miguel, Ituzaingó, los dos argentinos, hasta llegar al Melgar del Perú, para lue­go regresar en el 98 a su país a Brown de Adrogué. En 1999 militó en Almirante Brown, club de Buenos Aires. Su entre­nador fue Julio Asad, allí tenía la posibilidad de entrenar en la mañana, pero al no ganar el dinero suficiente para su hogar, hacía ‘como si fuese taxista’, y oros oficios como pintar casas.

EL VIAJE A ECUADOR

La invitación la hizo Julio Asad. Había conversado de la po­sibilidad de dirigir en Ecuador, fue “una locura linda”, aunque desconocían el sitio donde iban a llegar, sabiendo que si salía mal tendrían que volver a casa en corto tiempo. Los compañeros de viaje fueron Asad y Marcelo Fleitas, a quien le había enfren­tado en el torneo de ascenso de Buenos Aires. Era la primera vez que entablaron una conversación personal, vino el recuerdo de haber compartido cancha pero con distintas camisetas, Pacheco en Almirante Brown y Fleitas en Leandro Alem. Al llegar a Quito, les esperaba el Presidente del Club, Eduardo Granizo, quien los trasladó a Riobamba.

JUGANDO CON OLMEDO

Pacheco recuerda que su sueldo en Olmedo fue de 980 dó­lares americanos. Las prácticas se realizaban en diferentes lu­gares, pero la Brigada Blindada Galápagos fue el lugar principal. El Presidente “hacía lo que humanamente podía para darnos lo mejor”; aunque el sueldo no era como el de los equipos llama­dos ‘grandes’, había la tranquilidad de cobrar el fin de mes, eso confortaba al jugador. El delantero tenía algunas cábalas en el club desde ingresar a la cancha con el pie derecho, vestirse de la misma manera, llevar una cinta roja en el pie o en la mano.

SU SALIDA DEL CICLÓN

Luego de la obtención del título con el rojo y azul, ‘Pachegol’ salió del club ya que tenía la propuesta de la Liga de Quito. Esperaba la oferta de CD Olmedo ‘para comparar’, ya que uno de los objetivos era jugar Copa Libertadores. Uno de los motivos de su decisión fue pensar en el futuro de su familia. Aunque hubo la opción de regresar en 2003, tras hablar con Eduardo Granizo, cuando el club estaba en Serie B, ante la negativa del estratega se fue al Macará.

SUS APODOS

Entre los seudónimos se recuerda de Pachegol, que nació en Perú, en el club Melgar; pero en CD Olmedo apareció ‘Pachegol’, con quien siempre se sintió cómodo. Esqueletor fue otro que surgió en Ecuador, salió de Gustavo ‘Potro’ Figueroa, quien era compañero en Liga de Quito, junto al periodista Oscar Portilla.

RETORNO COMO ENTRENADOR

En 2012 el equipo corría el riesgo de descender a la Serie B. Hubo el cambio de directiva y fue llamado a la Dirección del equipo, con él estuvieron sus ex-compañeros en Olmedo Clau­dio López, asistente técnico; y, Paúl Santillán, como preparador físico.

En este campaña corta para el ya estratega le fue bastante bien. En sus recuerdos está haber compartido la punta en la segunda etapa con Barcelona SC, hasta la fecha décima tercera, pero hubo resultados adversos y problemas que hicieron que saliera del club.

Otro factor fue la oportunidad que dio a jugadores de la can­tera como Jorge López, marcador derecho; Luis Ruano, defensa central; y Romario Caicedo como extremo derecho, en lugar de delantero.

UN DESEO QUE AÚN NO SE CUMPLE

Oscar recuerda que su hijo Germán Pacheco pasó en el 2000 por las formativas del equipo riobambeño. Hoy juega de medio punto o enganche en el fútbol peruano, Universidad Cesar Va­llejo. Desde pequeño, el papá veía las cualidades y ‘sabía que iba a jugar’, hoy disfruta verlo. Pacheco conversó con el técnico actual del club, Ricardo Dillon, pero espera que pudiera estar en Olmedo, ya que sería el deseo de Germán vestir la camiseta que lo hizo de niño.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
💬 ¿Necesitas ayuda?
Bienvanido(a) a Revista Negocios
¿En qué podemos ayudarte?